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29 abril 2013

Disonancia cognitiva: Los Castellers de Villafranca toman Londinium

Soy una desarraigada: si tuviera "patria" (aquello tan militar) sería la del pirata, la mar. Ya he contado alguna vez que un compañero de clase me dijo que "ya eras inglesa antes de irte allá", y como en la península algunos bromean con "los ingleses"  (pero ya sabemos que nada hay más serio que el humor) cuando se refieren a nosotros. Sin embargo, aquí en la isla me consideran el epítome de la españolidad: pelo oscuro (pero por debajo de los Pirineos no pasaría por "morena"), cierto énfasis en mi discurso y no vestir como las inglesas. Total que una ya no pertenece a ningún sitio.

Pero divago. Yo hoy con el desarraigo quería acabar en que las expresiones folklóricas de la cultura popular no me suelen poner "la carne de gallina". Ni la jota, ni el levantamiento de piedras, ni las gaitas escocesas, gallegas o irlandesas, ni los derviches, ni los toros, ni el cóndor pasa. Pero la semana pasada, y para celebrar "San Jordi", los Castellers de Villafranca pasaron por Londinium. Diva ya contó la técnica hace un tiempo aquí: "Dame el pecho".

Les vimos frente a la Tate Modern y luego en el Borough Market. He de decir que fue, de todos estas expresiones llamémoslas étnico-populares la que me tuvo en vilo y estuvo a punto de emocionarme. Pero la disonancia cognitiva del título no me dejó tranquila: por qué someter a la espalda a este peso brutal? Por qué arriesgar la salud por este proceso? Por qué (sobre todo) correr el -tal vez pequeño- riesgo de que tu hijo se caiga de esa torre humana? 

En el otro lado: qué bella metáfora de superación personal con el grupo, qué alegoría de la cooperación, qué reto del hombre al cielo, que casi puede tocar, qué corte de mangas al individualismo. 

Me puso la carne de gallina. Me pareció espectacular. Y menudo marco: la Tate (donde hay una retrospectiva de Lichtenstein) y St. Pauls, en el día que el Globe (al lado) celebraba el cumple de Shakespeare. A veces lo que una piensa y siente no van de la mano...



PS: Las fotos son del Joven Artista Local, el artista multimodal al que deben contactar aquí. Ya empieza su escalada a la fama, pero yo le vi primero. Magnates del petróleo, necesitan un logo, un vídeo, unas berenjenas rellenas? Llamen a JAL.


25 abril 2013

Escribir sobre escribir (metadivagar), a propósito de Francois Ozon

Ahora viene cuando Sheherezade se quita algún velo. Sin duda, esto puede tener para el lector poco dado a la metáfora un poco más de morbo. Pero cartas boca arriba: esto es un metadivague en el que, bajo el disfraz de análisi de peli, hago literalmente el post que me encantaría leer en un blog cuyo autor me interese, o que mataría por devorar de algunos de mis tótems literarios. Que me contasen, después de la historia, el proceso de la historia. A mí, que me interesa nada cocinar (pero me puede llegar a subyugar un buen plato), el conocer los ingredientes, las medidas, y los tiempos del proceso de la escritura de otros me fascina. 

Antesdeayer me senté al teclado a divagar sobre la última peli de Francois Ozon "Dans la maison" ("En la casa") y me salió el divague “Otra batalla perdida para Sheherezade”. En la peli, el director repite algunos de los temas que ya tocó en otras cintas, como "Swimming-pool" (“Piscina”) (2003): el proceso creador. En “Swimming-pool”, la enigmática Charlotte Rampling se va a la casa de campo que le ofrece su editor para intentar poner remedio a su Writer's Block- siempre ha habido clases, yo aún estoy esperando que alguno, tras leer mis síntomas, me ofrezca su Ryad, su ático-loft, o su masía, (con piscina, please, para a la vez homenajear y que me quede un divague redondo que pueda enlazar con este). En "Dans la maison" alguien comienza a escribir unos textos teóricamente inspirados en la realidad, y otro se engancha. Quiere, a toda costa, saber más.

Ese teóricamente es muy importante. Porque habla de nuestra obsesión por la realidad, el Reality, pero nos importa que lo que nos dan por hecho, no haya ocurrido como se cuenta? Cuando yo escribo en el blog que el domingo era el cumple de Shakespeare y me fui al Globe con Mini, eso puede ser exactamente lo que hicimos, o puede ser lo que hubiera querido hacer, pero no pude porque la vida se interpuso. Pero si yo describo una tarde de domingo soñada, a alguien el interesa? Si pretendo una anécdota de las del distintivo "risas" y nunca pasaron más que en mi cabeza, es válido? Si yo hablo de lo que le pasa una tal Mala De Ville y luego resulta que Mala c’est moi, es lícito? O sería todo una gran decepción?

Para mí la clave, lo que justifica todo, lo que le permite ser Verdad es La Forma, el cómo está escrito (no lo que está escrito). Hay distintos niveles, como en todo: para que un texto esté bien escrito, esté correcto, no ofenda, se requiere de cierta habilidad, pero tal vez se pueda hasta aprender. Estos textos son, por ejemplo, la mayoría de los divagues de “mi manera de ver un aspecto de la vida”, o cuando escribo para pensar, para aclararme. Escribir estos divagues supone un auténtico placer, porque llegar a una especie de calma donde había caos es siempre relajante, porque crees en tu ingenuidad que tal vez cambies un átomo en el mundo, porque no se te resisten, porque siempre acabas ganando. En el otro lado, están los textos cuya forma cuidamos con dolor, lágrimas y sangre, aquellos que nos dejan largos minutos mirando la pantalla, y que muchas veces, nos derrotan.

En la peli de Ozon no queda claro si lo que tiene atrapado al que quiere saber más es la Forma. Aunque el escritor parece que no lo hace mal (en algún punto un tema lateral -pero lo quiero dejar en lateral-puede ser el poseer el don de la escritura versus el no tenerlo), lo que parece que mueve al curioso es el contenido: una pequeña historia familiar, privada, que no analizaré (al menos, hoy), porque desvía, y lo que me fascina de esta película es lo que supone ser lector. Lo que se disfruta, y lo que se sufre: alguien ha besado alguna vez un libro, alguien  ha llorado por tener que separase de sus personajes?

Sin la historia rocambolesca de la familia, si el curioso se hubiera enamorado de las palabras, sin importarle los bits de información, habría salido una peli distinta, más literaria, más poética. Así, toca temas mundanos de una manera divertida e incisiva-particularmente disfruté de la crítica voraz al papanatismo del arte moderno (uno de mis temas recurrentes, lo sé), y la comparación de esas dos clases medias, los que viven en un apartamento con paredes forradas de libros y los que viven en una casa enorme con libros de mesa de café recomendados en revistas de decoración (clase media cultivada vs. nuevos ricos, otro de mis temas recurrentes, tambien lo sé).

Intentando escribir este divague, hice el otro día un “En la casa”. Totamente sin planear, inocentemente. Y así como en “En la casa” el lector se levanta e influye en el texto, a mí me pasó algo mucho más clásico y manido del proceso creador: los personajes se me rebelaron.

23 abril 2013

Otra batalla perdida para Sheherezade

Sheherezade en el Palacio de los Vientos, Jaipur
Cuando Mini era pequeña me fijé en un adolescente que, como yo, empujaba un carrito. Su cara de niño, más propia del College que hay enfrente del Common que de los círculos de mamás, me impactó desde el primer día. Y como a todos los que nos gusta inventar historias, desde el principio quise saber más. Por qué este chico iba con prisa y un bebé a las 8 de la mañana por las calles? Lo llevaba a la guardería? Dónde estaba la madre del niño? Por qué él no era feliz?

La cara de mi adolescente no era la del padre medio de clase media que me encuentro en los columpios, donde la principal diversión consiste en estos pequeños análisis psicosocioeconómicos (el tobogán también, pero solo cuando ya quedan pocos niños y el guardia de seguridad pública y buenas costumbres anda por el horizonte). Los padres de los columpios parecen todos más viejos que yo (me equivoco, pero es un pequeño triunfo), y todos han retrasado esto de la procreación por aquello de la formación. Mi adolescente, que debería estar en el College frente al Common, no solo no ha retrasado la suya, sino que le ha clavado un puñal en el corazón. 

Pero en el fondo no, ya no hay ese tipo de esperanza. Me intento convencer que tal vez por eso el gesto de mi adolescente es duro, es árido, es un embrión de cabreado. Luego me doy cuenta que es un chav, que vivirá en un Council State de esos que abundan pegados a las zonas de gente bien en esta ciudad, del que nunca podrá salir. Los chavs inmovilizados en una clase social de esas que "ya no existen", viven de todas formas bien cerca para ver lo que los posh valoran. No entienden nada, pero algo les debe decir que no todo funciona bien. 

No sé si mi adolescente, tras dejar al bebé se va a trabajar a una obra, o a una empresa de seguridad que le arregló aquella trabajadora social. No sé nada, pero no hay vez que no le quiera parar para decirle eso tan inglés "Well done man", "Muy bien tío". Qué idiotez, dónde está todo mi feminismo, este chico es un padre joven que se responsabiliza por su hijo. Pero es tan raro: en el país con más embarazo adolescente de toda la UE, ver a las quinceañeras empujando un carrito es natural. Pero nunca había visto al quinceañero, a las 8 am. Con lo que ello implica.

Han pasado los años, y le he perdido la pista. Ya no estoy a las 8 am en sus mismas coordenadas. Le olvido. Pero hace un par de semanas, en los columpios: un niño de unos 3 o 4 años esquiva piernas como un rayo en su patinete. Es moreno, será guapo. De repente, su padre le para y le reprende. Parpadeo, no es posible: es él, mi adolescente, con la misma cara de niño que ha perdido un partido clasificatorio en el College.

Se sienta en un banco, sin perder de vista al crío. Yo miro a la mía que está siendo Aurora con una Jasmín que se ha encontrado en su castillo.  El terror del patinete ha vuelto a atacar. El adolescente se levanta como con un resorte para ir a buscarlo. Entonces, en un movimiento de décima de segundo me voy a sentar a su banco, como quien no quiere la cosa. Mi adolescente no mira la pantalla de un móvil como el resto de padres de clase media.  No puede ser muy difícil comenzar una conversación inofensiva con quien no tiene nada entre sus manos.

El adolescente, tras hablar con su hijo, se sienta en otro banco cercano al niño. Con el ceño medio fruncido, mira al sol que se pone. 

Otra batalla perdida para Sheherezade.


22 abril 2013

Mañana es fiesta

Sí, en mi tierra es el día de San Jorge, patrón de Aragón, fiesta regional. Así que no se me ocurre mejor forma de celebrarlo que pinchando algún disco que hace tiempo que no suena nada...

¿Conocéis Playing for a change? ¿no? Bueno pues os dejo un link con lo que hacen. Entre otras cosas tocan música interpretada por artistas de varios lugares y tienen una fundación para crear escuelas de música alrededor del mundo. Además suenan así de bien.

19 abril 2013

Mucho más guapas, mucho que pensar.

Viernes. Os dejo con un video que me ha encantado.

Un dibujante forense (existe eso aquí?, se llama así?) especialista en hacer retratos robot de gente según lo que le cuentan de ella, realiza unos dibujos de unas mujeres a partir de lo que ellas mismas describen sobre su persona. Después hace lo mismo a partir de lo que le cuentan los otros participantes.

Está claro que nadie es buen juez de si mismo, pero en nuestro caso y hablando en general, las mujeres no somos jueces, somos verdugos.

El dibujo resultante es mucho peor que el modelo original. Todas las mujeres se ven peor de lo que están, de lo que son, de como las ven los demás. Probablemente por todas las cosas con las que nos avasallan para que seamos más altas, flacas, guapas, jóvenes, alegres, trabajadoras, buenas madres, buenas amigas, sexies, maquilladas, a la moda, sin celulitis, sin arrugas y estemos siempre perfectas.

Y una mierda. Ya lo estamos. Sólo hace falta que nos demos cuenta. 


17 abril 2013

Como procrastinar

Hay veces en que una se vuelve experto en un tema y no lo sabe.

Soy experta en procrastinar. Sobretodo estos días en que hay que presentar las tan manidas declaraciones de IVA y todo es un recopilar de facturas, de hacer correcciones, de llamar al proveedor, de comprobar los pagos, reclamar albaranes y todas esas cosas taaan motivadoras e ilustrativas por las que habitualmente te toca pagar.

Procrastinar o posponer no es algo reciente. Siempre ha existido. Supongo que antes se hacía de manera diferente (en vez de cavar al huerto me voy a bañar al río) o no se hacía en absoluto (las vacas tienen que comer o las tienen que ordeñar, a ver cómo se pospone eso). Ahora lo tenemos mucho más fácil. ¿Cómo se procrastina en el siglo XXI?

Enciendo el ordenador. A un lado del escritorio mi trabajo urgente. Lo miro de refilón y pienso que en un momentito me pongo manos a la obra.

  Comienzo:

- Miro el mail. Cincuenta mensajes!!! Bien!!!! Tengo que atenderlos ahora.

- Abro los que me interesan. Contesto.

- Abro facebook. Miro lo que han publicado mis amigos. Siempre hay videos y sandeces con las que perder el tiempo.

- Actualizo mi correo a ver si en estos 30 segundos ha entrado un mail que cambie mi vida.

- Abro pinterest. Me acuerdo de algo que quería buscar ayer. Lo busco. Veo otra cosa que me gusta y salto a otra página y así sucesivamente hasta que al final no sé donde empecé. Confirmado tendría que haber sido mujer florero en USA y hacer cupcakes y scrapbooks y mason jars y make up y todo eso...

- Actualizo mi correo de nuevo. No tengo ningún mensaje nuevo. No me lo creo. Le vuelvo a dar a actualizar.

- Vuelvo a facebook.

- Abro twitter. Veo los mensajes programados. Todo se ha publicado bien. Contesto a dos seguidores.

- Recuerdo que tengo que alquilar un coche para el 20 de mayo y como me apetece más hacer eso que lo que tengo que hacer, lo hago ahora. Porque... y si se acaban los coches?

- Miro mi otro correo, en gmail. Hago limpieza.

- Me pongo a diseñar un folleto que necesito para dentro de 15 días. Me gusta hacer las cosas con tiempo...

- Vuelvo a mi correo habitual. Tengo dos mensajes importantísimos. Los tengo que contestar ahora.

-  Abro el blog. Veo que hay divagantes que han comentado. Me pongo a ver sus perfiles. Es lo que tiene estar tanto tiempo ausente.

- Descubro entradas nuevas de gente que me apetece leer. Allá voy.

- Decido ponerme con las facturas. Voy a actualizar el correo por si acaso... Anda! 10 mensajes nuevos. Claro los tengo que leer.

- Me voy a tomar un café para despejarme y me pongo a ello. Eso es lo que me pasa. Necesito despejarme.

- Me encuentro a mi primo en el bar. Lo acompaño un rato para que no esté solo.

- Vuelvo a la oficina. Actualizo el correo. Tengo uno de Linkedin que me interesa. Me nombran administradora de una página. Tengo que averiguar cómo funciona esto.

- Decido que mejor me pongo después de comer. Total queda media hora y no me va a dar tiempo.

- Vuelvo de comer. Tengo sueño. Enciendo el explorer y me sale mi página de inicio de noticias. Miro a ver que ha ocurrido en el mundo.

- Abro el facebook para ponerme en situación computeril.

- Reviso la bandeja de entrada de mis mensajes. Abro y borro, borro, borro.... Decido hacer limpieza de mensajes acumulados.

- Miro el reloj. Me doy cuenta que no he hecho nada más que procrastinar.

- Decido celebrarlo escribiendo un post.

15 abril 2013

Cosas que (me) pasan


El otro día estuve en Vetusta y al mediodía me pasé por ese templo del consumismo al que vamos todos los de pueblo cuando vamos a la capital.

Mi intención era dar una vuelta por la planta de los libros, cotillear y hacerme con un ejemplar de la primera edición de Cosas que le pasan a una madre sin superpoderes.

Estuve mirando a ver si lo veía en las mesas que hay a la entrada, pero al no encontrarlo pedí ayuda a una de las chicas que despacha (me encanta esta acepción).

- ¿Cómo dices que se llama el libro?

- Cosas que le pasan a una madre sin superpoderes

Buscó por cosas que le pasan y nada. Buscó por superpoderes y voilà! Allí estaba. La palabara clave era superpoderes. Bingo!

- Ven, sígueme que te lo doy.

Fuimos a la zona de pedagogía y la acompañé un poco sorprendida. No tanto porque piense que Moli no tiene capacidades pedagógicas, sino porque creía que muchos eran incapaces de observarlas y más en lo relativo a la maternidad.

Estuvimos un rato observando sin éxito, así que la chica consultó de nuevo el ordenador y me dijo de nuevo:

- Sígueme.

Esta vez fuimos a la zona de ensayos. Eso me cuadraba más: Moli es de hacer ensayos. Pero nada, después de mucho mirar tampoco lo encontramos. Así que vuelta al ordenador.

- ¿Me puedes decir de que trata?

Esta vez si que me puso en un apuro. Estuve por redirigirla al blog. No sabía dar una definición exacta: que si ironía, maternity, acidez... La tipa asintió como si hubiera dado en el clavo.

- Vaaale, ya sé dónde!

Y se me fue para humor. Yo la seguía como un perrito, pero realmente no creía que el libro pudiera estar al lado de "Cincuenta sombras de Gregorio" (juro que lo vi). Así que mi gozo en un pozo.

La chica decidió consultar de nuevo el ordenador y me dijo.

-  Es que es muy nuevo. A lo mejor es que están en el almacén.

- ¿Y eso qué significa?

- Pues que lo han mandado de la editorial y que pronto lo sube a tienda.

- ¿Tardará mucho?

- No creo. ¿Quieres que te lo guarde?  Ya tengo 6 reservas.

Pensé: Uno para Gonzalo,  otro para ECDC,  otro para  Di,  uno más para Hombre Revenido....

- Apunta 7. No vaya a ser lo pongáis en ciencia ficción, por lo de superpoderes digo.



11 abril 2013

Toc, toc...

Hola Divagantes.

Con la cabeza gacha me atrevo a aparecer de nuevo. Vuelvo al redil.

Me encuentro el fuego encendido. Gracias Di por mantener la llama. Gracias a los que preguntabais por mí.

Aunque no os lo parezca, requiere cierto valor regresar. Lo he intentado en otras ocasiones pero no lo he hecho.

Pedir perdón por la ausencia sería demasiado vanidoso por mi parte.

No tengo excusas. Simplemente no me apetecía, no se me ocurría, no me salía.

Hoy lo he hecho. Pero no sé si lo haré de nuevo. Sin compromisos.

Todo debe fluir, Cada cosa lleva su tempo.

Durante unos meses mi vida ha sido muy intensa y lo sigue siendo, así que nada de promesas.

Le doy a publicar.



09 abril 2013

Ding-dong, The Witch is dead: La Thatcher ha muerto

 Margaret Thatcher, la hija del tendero, ha muerto hoy. Sería dificil encontrar una cita que le hiciera justicia, pero me voy a quedar con la famosa "la sociedad no existe" de una entrevista a Women's Own en 1987:

"They are casting their problems at society. And, you know, there's no such thing as society. There are individual men and women and there are families. And no government can do anything except through people, and people must look after themselves first. It is our duty to look after ourselves and then, also, to look after our neighbours." 

"Echan la culpa a la sociedad. Y, sabes, no existe semejante cosa, la sociedad. Hay hombres y mujeres individuales, y hay familias. Y ningún gobierno puede hacer nada aparte de a través de la gente, y la gente debe cuidarse de sí mismos lo primero. Es nuestro deber cuidar de nosotros mismos y luego, también, cuidar de nuestros vecinos ".


Autoexplicativo: no hay que añadir más, solo una nota de la Di reportera. Esta tarde, de vuelta a casa tarareando la genial canción del "Mago de Oz" "The witch is dead" (la bruja ha muerto) pasando por el Ritzy (mi cine favorito),  había una agrupación de espontáneos celebrando que la bruja ya no estaba. Ahí va una foto (del Guardian) y la nota del reportero del mismo periódico que afirma que a eso de las 9 pm  ya había una fiesta en toda regla con tambores, trombones, birra y sidra, y la gente bailando música los 80. Ah! Y tambien unas cuantas pintas de leche, un recuerdo simbólico amable de uno de sus muchos legados: quitar la leche gratuíta de los colegios . 

DING DONG, la bruja ha muerto!



03 abril 2013

Le muevo el currículo. Es la guerra. O solo un cuento.

Mala de Ville acaba de estrenar su sillón como máster del universo en Vendohumo, una importante empresa de La City. Mala de Ville viste como para asustar-power dressing-, y mete muchas horas. Las lleva metiendo toda su vida. 

Hoy recibe una llamada de su homóloga-que resulta ser un tío- de Vendohumo en otra Kapital europea. 

-Oh, Mala, he oído  hablar tanto de ti, bienvenida a Vendohumo. Confío en que seguiremos trabajando juntos, como ambas ramas de la empresa vienen haciendo durante tantos años. 

Sigue un panegírico de larga duración, nulo contenido, para rellenar tiempo. Mala va pasando con su índice las páginas de la tableta y una cada tres exactamente suelta un "ahá". En un punto, si tuviera 20 años menos, hubiera espetado un "al grano". No hace falta.

-Y, ehem, mira... resulta que está este chico, se llama Algoquemalaolvidaconapellidocompuesto que se acaba de mudar a la ciudad de la niebla y, bueno, él querría conocerte y a ver si le miras el currículo.

Ya: le miras el currrículo. A Mala se le queda el dedo quieto sobre la pantalla. Curiosamente la yema ha elegido un artículo del Guardian titulado "El feminismo ha fallado a las mujeres de clase trabajadora". Su homólogo sigue hablando, de fondo, sobre las beldades del del apellido con guión, pero Mala ya está disociando Big Time. En otro planeta. Parece hipnotizada por su uña del índice, bien recortada, funcional, sin colores estridentes. 

Esa uña le lleva en flasback a otras muchas uñas, esa parte de la mano tan metafórica, símbolo de tantas cosas. Uñas rodeadas de polvo y mugre por los lados, en la separación con la carne. Son uñas redondas, desportilladas, mates, doloridas. Uñas que han cogido fresas, algodón, que han frotado escaleras, que han picado en las minas, que han amasado cemento. 

Mira por la ventana y recuerda la entrevista a Owen Jones, el joven escritor de "Chavs, la demonización de la clase obrera" que aboga por la vuelta al concepto de Clase Social y Lucha de Clases. Esta idea que tanto consiguió en el Siglo XX pero con la que se quiere acabar porque "divide y vencerás". Y están venciendo.

Su homólogo interlocutor ha parado y está comprobando que Mala sigue allí 

-"Mala, sí? Mala? se ha cortado?"

-Ah, no... perdona. Miraré lo que puedo hacer. Algoquemalaolvidaconapellidocompuesto parece un chico muy competente... 

Cuelga.

Mala crea una carpeta en su inbox para los de apellido compuesto. Que no se le pase ni uno. 

Llaman a la puerta, y es la becaria negra tan entusiasta, tan lista, tan  trabajadora. Trae la información que le pidió ayer, mucho mejor de lo que esperaba. El secretario le ha dicho que debe mucha pasta al Estado, el préstamo de la carrera. Su madre, que limpia oficinas, la ha sacado adelante ella sola. 

Mala crea una carpeta en su inbox para hijos brillantes de madres con uñas sin lustre, porque se las ha comido la lejía. Es la guerra, y ella sabe de qué lado está.

Debería ser obvio para cualquiera con sentido común. Pero además, el padre de Mala, jubilado,  aún no se ha podido quitar la grasa negra de los intersticios de las uñas. 

Mala empuja su índice de derecha a izquierda en la pantalla y pasa página.