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29 marzo 2010

El 10C

"El 10C" (léase "el tensí") se llama en realidad "Lito's Cafe". Yo sé que mucha gente fantasea con ir a la América profunda sólo por visitar esas cafeterías donde te sientas de dos en dos y la camarera va rellenando tu café continuamente con una jarra de cristal regordeta, llamándote "darling" cada dos por tres. Pues bien, el equivalente de estos establecimientos en Londinium es el tensí, con las salvedades de: 1. es tailandés, 2. las camareras no pasan rellenado el café, pero te rellenan el vaso de agua del grifo si lo pides, y 3. las camareras no te llaman "darling" ni tienen un grupo country.

Mi historia con el tensí se remonta a hace unos años. Trabajaba yo por entonces en Battersea (una parte de Wandsworth, el barrio donde vive la prota de "Love Actually"). Gravitábamos a la hora de comer desde "Galápagos" (llamado por mi ex-jefe "Galápados", una especie de deli ligeramente snob) a otro de cuyo nombre no quiero acordarme, pero que tenía carteles de cine clásico (ya por eso me gustaba, recuerdo sus omelletes y jacked potatoes), pasando por el lugar estrella, el tensí, cuyo plato supernova era el 10 C. Hete su apodo metonímico: la parte por el todo, el plato se come al café.


El tensí es un lugar tan cutre que no tiene ni siquiera carta. Bueno, la carta está escrita en la pared, y cada plato tiene un código. Los 10 son cuatro platos (de la A a la D) vegetarianos, de los cuales, el C es el "green curry". Me encanta por la salsa de coco, pero a veces pica infernalmente. Como soy una gallina, siempre les imploro que no se pasen con el picante ("mild please", con cara de buena chica). Y luego ellas hacen lo que quieren. Como son orientales, asentidoras y sonrientes, no puedes reprocharles nada y solamente te queda esperar que capten, por el dragón en el que te conviertes cada vez que abres la boca, que necesitas más agua, o un extintor. Ellas sonríen y, aunque te vean llorar, o sacar un pañuelo con un repentino catarro, no va con ellas.

Hace casi cinco años que no trabajo en Battersea, pero de lo mejor que le puedo decir al Pedalista un sábado es: "Tenemos que hacer esto y aquello (encargos que nunca van con él, como las orientales con el picante), pero luego podemos coger un bus y hacer un tensí". En esos momentos puedes sacar cualquier cosa del Peda, absolutamente todo.

Hoy ya tiene visos de ser un día emblemático porque ha sido el primero en el que Mini ha sido una clienta más. Se ha sentado en su silla, ha comido (no green curry, no llamen a servicios sociales), se ha levantado, ha bailado, ha dicho "ba-bye" a una que se iba (la clientela es tan auténtica como el lugar), ha llamado "yayo" a un señor con pelo blanco que leía el periódico (y consiguiente ba-bye) y , como siempre, se ha hecho con el corazón de nuestras amigas que ya no querían atender a nadie, sólo montar una guarde.


Mini, con sus particulares gustos musicales (y ahora cinematográficos, seguiremos informando), ha parecido estar como pez en el agua en este lugar donde Almodóvar habría rodado los interiores de muchas de sus primeras peliculas. Si vienes a Londres, encuéntralo.





Deco minimalista del tensí.

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